
El segundo punto tiene que ver con la famosa zona para quemar grasa, que implica que una persona realizando ejercicio cardiovascular manteniendo una frecuencia cardiaca entre el 60 y el 80% de su capacidad utilizará las grasas como fuente de energía. Lo negativo de este proceso es que el cuerpo es tan inteligente que él encontrará la manera de adaptarse.
Por ejemplo, cuando usted no toma mucha agua, su cuerpo la retendrá. Cuando realiza entrenamiento de resistencia, los tejidos musculares se desgastan y por ende su cuerpo se adapta y construye más músculo. Cuando usted quema calorías realizando entrenamiento aeróbico o cardiovascular, su cuerpo se vuelve eficiente almacenando la grasa, poniendo más lento tu metabolismo. Esto se debe a que la grasa se convierte en la fuente principal de combustible para tu cuerpo.
Mayor rendimiento
Una persona acostumbrada a competir en carreras tiene como meta volverse más eficiente en su ejercicio, en la medida que se le hace más fácil desempeñar la tarea, quemará menos calorías. Esto significa que aunque la persona esté quemando un mayor porcentaje de grasa, no está quemando tantas calorías en general. Es decir, el trabajo requerido para correr 5 kilómetros se irá disminuyendo en la medida que una persona tenga mejor condición física.
Para poder mejorar, tendrá que hacer una mayor tarea con la misma cantidad de calorías o deberá aprender a correr esos 5 kilómetros más rápido. En el entrenamiento de resistencia, en la medida que mejora, uno agrega más peso, series, repeticiones o diferentes combinaciones de lo anterior, las opciones son infinitas. Con el entrenamiento aeróbico, usted sí tendrá un tope, el cual será la intensidad límite de su zona aeróbica. Con esto no quiero decir que el salir a correr o pasar en clases aeróbicas o en una máquina cardiovascular dentro de ese 60 a 80% sea malo, simplemente que existen mejores maneras para alcanzar la meta de bajar tu porcentaje de grasa corporal.
Dinamiza tu entrenamiento
Varía tu entrenamiento con ejercicios de baja intensidad por períodos más largos, así como entrenamientos de alta intensidad para obtener el mayor beneficio del ejercicio, mejorando tu salud cardiovascular y permitiéndote poder quemar grasa. En intensidades mayores uno puede quemar muchas más calorías en la forma de grasa en general.