Aunque existen series como One Piece, Detective Conan y Jojo’s Bizarre Adventures que son toda una travesía durante años, también hay mangas cortos y one-shots altamente disfrutables.
Estos formatos pueden ser excelentes como introducción al mundo de los mangas o simplemente para relatar historias complejas y diferentes sin comprometer un tiempo prolongado. Aquí te presentamos algunas obras que valen la pena en este estilo.
Gyo
Junji Ito es un maestro del horror y un reputado mangaka con trabajos cortos delirantes. Gyo tiene una premisa ridícula: se trata de un pez que camina sobre piernas robóticas. Lo más increíble es que en 21 capítulos se siente la tensión y lo que puede comenzar como algo gracioso se vuelve espeluznante.
Para muchos, Gyo es una obra maestra, pero es complicado adaptarlo al formato anime. De hecho, ni Ufotable pudo hacerle justicia en su OVA, algo increíble si tenemos en cuenta el trabajo que ha hecho en obras como Demon Slayer o Fate.
Dororo
Nacer sin extremidades, piel y rasgos faciales puede ser una de las cosas más traumáticas de leer, pero de eso se trata Dororo. El viaje de Hyakkimaru junto al protagonista es una oda a la vida y al perdón.
Si bien este manga recibió dos adaptaciones animadas que ampliaron su historia, sigue siendo una de las obras cortas más influyentes de la historia. Osamu Tezuka, en solo 4 volúmenes y 19 capítulos, muestra una maestría increíble para aquellos años 60.
Uzumaki
Nuevamente, Junji Ito lo vuelve a hacer. Uzumaki es un manga terrorífico de solo 19 capítulos que narra la historia de un pueblo embrujado por espirales y de una pareja que, por cosas del destino, siempre se encuentra con las víctimas de esos ataques.
Con mucho miedo por los acontecimientos, Kirie y Shuichi comienzan una investigación sobre el misterioso fenómeno. No obstante, mientras más indagan sobre los espirales, más se dan cuenta del horror y del motivo de la seguridad dentro de la ciudad.
El Viaje de Shuna
La figura de Hayao Miyazaki es reconocida mundialmente por su trabajo con Studio Ghibli. Sin embargo, además de ser una mente maestra en la dirección técnica de películas legendarias, también fue capaz de usar su narrativa para crear un manga corto del calibre de Shuna’s Journey.
En esta travesía, se sigue a un príncipe que busca terminar con la hambruna que golpea a su pueblo. Para eso, desea encontrar unas semillas doradas que solo se ven en una tierra lejana y peligrosa.
Pages from Shuna's Journey (1983), a manga by Hayao Miyazaki before he created Studio Ghilibi. Miyazaki wrote that he took the Tibetan folktale "The Prince who became a Dog" as inspiration for the novel. pic.twitter.com/dL0h2xqTzF
— 𓆩•°•𓆪 (@sovietsoleri) June 2, 2023