Demon Slayer ha cautivado a sus fans con personajes complejos, pero pocos tan polémicos como Sanemi Shinazugawa, el Hashira del Viento. Con su actitud agresiva y sin filtros, Sanemi es visto como el Hashira más temible y difícil de tratar.
Desde el primer encuentro, lanza miradas desafiantes a Tanjiro e incluso intenta matar a Nezuko. Sin embargo, su desprecio hacia los demonios tiene raíces profundas: un pasado doloroso que lo define y lo hace uno de los personajes más enigmáticos y complejos de la serie.
Un odio nacido de la tragedia familiar
Sanemi esconde una historia sombría y de inmensa pérdida. Como hermano mayor de una gran familia, asumió el rol protector, pero su vida se desmoronó la noche en que su madre se convirtió en demonio. En un arranque de horror, ella asesinó a cinco de sus hijos, dejando a Sanemi y Genya como los únicos sobrevivientes.
La tragedia sembró un odio feroz hacia los demonios y le dejó cicatrices tanto físicas como emocionales. La culpa lo persigue, especialmente porque Genya lo culpa también, acusándolo de haber causado la tragedia familiar. Desde entonces, Sanemi se ha lanzado a cazar demonios con un enfoque casi suicida, desconfiando de todo y de todos.
Una alianza marcada por la pérdida
Sanemi no siempre estuvo solo en su misión. Durante sus primeras incursiones, formó una fuerte amistad con Masachika Kumeno, un cazador que lo presentó al Cuerpo de Demon Slayers y lo entrenó. Masachika se convirtió en su compañero y casi en un hermano, pero murió en combate contra un demonio de alto rango. La pérdida dejó a Sanemi endurecido y lleno de amargura, aceptando el título de Hashira del Viento, pero sin permitir que otros se acercaran.
Su hostilidad hacia los demás Hashira es evidente, especialmente hacia Kagaya Ubuyashiki, el líder de los cazadores, a quien reprocha por no luchar. Sin embargo, una inesperada revelación cambia su perspectiva cuando Sanemi descubre que Kagaya recuerda los nombres de todos los cazadores caídos. Esa muestra de respeto hacia los caídos lo impulsa a ver a su líder bajo una nueva luz.
Entre el amor y la protección
Pese a su dureza, Sanemi muestra una devoción insuperable por su familia, dispuesto a llegar a extremos para proteger a Genya. Cuando su madre se transformó en demonio, Sanemi la eliminó para salvar a su hermano, un acto que nunca ha superado. Años después, su enfoque protector se muestra de nuevo cuando, temeroso por la vida de Genya, intenta evitar que siga como cazador de demonios. Durante la batalla final en el Castillo Infinito, Genya lo llama “la persona más amable” que conoce, y Sanemi finalmente muestra su verdadero rostro.
En un cierre conmovedor, Sanemi elige acompañar a su madre en la eternidad, revelando que, detrás de su fachada feroz, su verdadero deseo siempre fue proteger y mantener a salvo a quienes amaba.
Obanai and Sanemi 🍃 pic.twitter.com/t3UO9y0W56
— Demon Slayer (@DemonSlayerSc) November 6, 2024