En 1974, Steven Spielberg, con apenas 20 años, se embarcó en la adaptación de una popular novela que terminaría por transformar el cine de verano.
Sin embargo, lo que parecía una oportunidad dorada pronto se convirtió en una pesadilla logística y financiera.
El joven director se enfrentó a rodajes extremadamente complicados en alta mar, secuencias de acción masivas y efectos especiales que desbordaron el presupuesto. Esto en Hollywood es casi una sentencia de muerte.
Como proyecto de Universal Pictures, el estudio tenía el poder de reemplazar fácilmente a Spielberg. Pero fue gracias a Sid Sheinberg, presidente de la compañía, que el cineasta no fue despedido.
Según el propio Spielberg, Sheinberg intervino en múltiples ocasiones para salvarlo. En una entrevista con Entertainment Weekly, Spielberg afirmó: «Sid Sheinberg siempre me protegía«.
Este voto de confianza fue decisivo para Spielberg y estableció una relación de trabajo que revolucionaría la industria del entretenimiento.
Un aliado influyente
Aunque Sheinberg tenía un interés personal en el éxito de Tiburón —su esposa, Lorraine Gary, tenía un papel importante en la película—, su apoyo a Spielberg fue mucho más que nepotismo.
Fue un compromiso con el talento joven que no solo salvó Tiburón, sino que cimentó una asociación que daría lugar a clásicos como E.T. El Extraterrestre, Parque Jurásico, y por supuesto La lista de Schindler.
Sheinberg también dejó su huella fuera del cine, como lo demuestra su supervisión en la apertura de Universal Studios Orlando, donde las películas de Spielberg jugaron un papel central.
Tras la muerte de Sheinberg en 2019, Spielberg, devastado, declaró a Deadline: «Fuimos un equipo durante 25 años y él fue mi amigo por 50. Le estaré eternamente agradecido.»
Una tormenta en el rodaje
El rodaje de Tiburón estuvo plagado de problemas. Spielberg reconoció que la decisión de filmar en el océano, en lugar de en un tanque controlado, fue un acto de soberbia.
Aun así, defendió esta elección en la entrevista con EW, argumentando que el uso de un tanque habría restado autenticidad y realismo a la película.
Pese a los contratiempos, incluido el riesgo constante de ser despedido, Spielberg y su equipo lograron concluir la película que querían. El resultado fue histórico: Tiburón recaudó 500 millones de dólares globalmente, engendró tres secuelas y marcó el inicio de una de las colaboraciones más influyentes de la industria del cine.
Sid Sheinberg, the man who greenlit #Jaws at Universal, was Spielberg’s mentor and was the real life husband of Ellen Brody, dies at 84 https://t.co/USgOy9GDw8 pic.twitter.com/aHovTbqOJE
— The Daily Jaws (@thedailyjaws) March 9, 2019