Para muchos considerado ‘el testamento cinematográfico’ del director norteamericano que ya pisa los 94 años. Jurado N° 2 es un regalo de navidad anticipado y probablemente la última película dirigida por Eastwood.
El clásico cineasta contemporáneo rompe todos los paradigmas en una historia escrita minuciosamente y de alta calidad narrativa. Cuenta la vida de Justin Kemp en una de las etapas más bonitas: en la dulce espera de su primer hijo. Mientras su mujer afronta un embarazo de alto riesgo, él es llamado como jurado de un caso de homicidio acaecido poco tiempo atrás.
A medida que transcurre el juicio, Kemp se da cuenta que el crimen pudo ser de su autoría y se sumerge en un dramático conflicto de conciencia. Nada más útil para mantener a la audiencia embelesada que un debate moral. El protagonista se paseará entre el dilema de confesarse culpable o manipular al resto del jurado para evadir la condena.
El cine de Eastwood no necesita giros sorprendentes para que el público lo viva a plenitud. En Jurado N° 2 se experimenta la tensión del personaje principal desde el asiento con un espejo realista del carácter humano. Este título cuestiona la justicia ciega, el sistema cambiante entre estratos y los imparciales dictámenes que sostienen a la sociedad.
El reparto de lujo de Jurado N° 2
Gabriel Basso interpreta al violento acusado de matar a golpes a su novia, representada por Francesca Eastwood. La fiscal que da a conocer el caso es Toni Collette, que además tiene un rival en el distrito encarnado por Chris Messina. Por encima de todos ellos está Nicholas Hoult (Kemp) que esboza ágilmente con su actuación las confrontaciones éticas, el sentimiento de culpa y una dualidad constante entre el bien y el mal.
El desarrollo de los personajes es esencial para una trama convincente, algo que consiguen muy bien tomando en cuenta que el meollo del asunto se muestra en los primeros 15 minutos en pantalla. No hay maquillaje ni subtramas para alargar el metraje, aún así, maneja una especie de claustrofobia adictiva que se extiende hasta el minuto 120.
¿La despedida de Eastwood?
Aunque él mismo declaró sus intenciones de continuar dirigiendo, la crítica aplaude su creación número 40 y reconoce a Jurado N° 2 como una espectacular puerta de salida para dejar un legado imborrable. Diferente a lo que piensa Warner Bros que ya parece arrepentirse.
En pocas palabras, Jurado N° 2 propone la responsabilidad personal, la conciencia de la verdad y los límites de la libertad propia. Es una propuesta sencilla con un desarrollo sólido que usa muchos flashbacks, escenas de zozobra y otros elementos propios del cine hitchcockiano.