Temporada 4 de The Boys: se acerca el final

Desde la primera temporada, The Boys logró cautivar siguiendo fielmente la historia de Billy Butcher y
su equipo de renegados en su lucha contra los “Supers”.

En esta cuarta entrega, “Mothers Milk” asume el rol de capitán y jefe del grupo, a pesar de eso, el fin
sigue siendo el mismo: detener a Homelander y a su grupo de superhéroes psicópatas.

Esta temporada prepara el terreno para el final de la serie, colocando todas las piezas necesarias para
que la próxima temporada sea épica

Aunque conserva su encanto y presenta algunas sorpresas interesantes, muchas situaciones ya se han
visto antes, lo que hace que caiga en la “repetición” y en el tedio.

Desde el inicio de la serie, Homelander ha sido una marioneta mediática: poderoso y perturbado, pero
bajo control.

En esta temporada, comienza a actuar según sus propias ambiciones, dejando de lado su imagen
pública.

Es el personaje mejor desarrollado de esta entrega, mostrando vulnerabilidad y empoderamiento
gracias a su vínculo con Ryan. Es la primera vez que enfrenta su pasado y revela su verdadera
naturaleza, anteriormente oculta tras una fachada patriótica.

A pesar de esto, es el único personaje con una evolución notable. Los nuevos integrantes de Los Siete
aportan frescura, pero el equipo original se siente estancado, ya que no ocurren mayores
acontecimientos en sus tramas particulares.

Mucha violencia y mucho gore

Sin embargo a pesar de esto, visualmente, la temporada 4 no decepciona, manteniendo el toque
irreverente que la caracteriza. Los efectos especiales que están enfocados en el gore extremo y las
escenas de acción siguen siendo de los mejores que se han visto en televisión.

The Boys integra con realismo las atrocidades más grotescas, logrando que el espectador se mantenga
enganchado. Los episodios son dinámicos y bien dirigidos en cuanto a ritmo narrativo, pero la trama ya
se empieza a sentir estirada.

Un prólogo demasiado largo

Tanto en la temporada anterior como en esta, el eje es claro: Homelander está a punto de adentrarse en
la política estadounidense. Deja de ser un símbolo de ventas para convertirse en un ídolo de masas, y
cada episodio lo acerca más y más a una guerra interna.

La serie refleja perfectamente la distopía del sueño americano, abordando con humor problemas
sociales actuales y representando de manera irónica perfiles demasiado comunes en redes sociales.