El Málaga podría ver un problema en el Mundial del 2030. La ciudad es una de las 15 candidatas de España para ser sede de la competición internacional, pero esto significaría una complicación importante. La Rosaleda, estadio de los andaluces, tendría que pasar por un proceso de remodelación antes de ser considerado como una opción clara para albergar partidos de este torneo. Por esa razón, el club deberá buscar otro recinto para que sea su sede.
La primera opción que surge en este momento es moverse al estadio de atletismo Ciudad de Málaga. Lo complicado es que tiene una capacidad para 7.800 espectadores, por lo que tendrían que realizarle una remodelación para llegar, por lo mínimo, a los 20 mil.
Esta obra sería bastante compleja debido a las características del suelo. Además, no se contempla quitar la pista de atletismo, la razón principal por la que hicieron este complejo.
Sin embargo, otra propuesta es viajar al Estadio Los Cármenes, el cual tiene 21 mil personas.
¿Por qué es un problema salir de La Rosaleda?
La salida de La Rosaleda significaría una situación adversa para el Málaga debido a que cuenta con 26.500 personas abonadas y todavía tiene una larga lista de espera. Por lo tanto, no habrá espacio para todos en las alternativas que tienen hasta ahora.
Esto los debilitaría en la parte económica, ya que reciben alrededor de 104 mil euros por partido. A su vez, esto significa unos dos millones por campaña. También hay que sumar unos 500 mil euros que genera la tienda oficial que hay dentro del lugar.
Recuerdos que traen
Este panorama trae a colación un problema que hubo en la Copa del Mundo de España en 1982. El conjunto blanquiazul abordó una obra en el estadio que se le fue de las manos en la parte económica, por lo que tuvo que quedar en manos de un fondo chino. Esto terminó en una desaparición apenas 10 años después por no poder asumir una deuda que equivale a 13 millones de euros en la actualidad.
En esa ocasión, el estadio pasó a manejo del Banco Hipotecario, mientras que el Ayuntamiento, Diputación y Junta de Andalucía decidieron hacerse con el poder para que no lo demolieran. Por esa razón, los actuales dueños del club quieren evitar que esto suceda de nuevo.