Eduardo Camavinga se retiró entre lágrimas del último entrenamiento del Real Madrid en la previa del compromiso frente al Atalanta por la Supercopa de Europa. Cerca del final de la sesión, los jugadores se dispusieron a realizar un partido en reducido y allí se dio el complicado momento.
En una jugada, el francés recibió el balón e intentó hacer un cambio de ritmo para dejar parado a su marcador, Aurelien Tchouaméni. En el momento que el zurdo intenta moverse, perdió el equilibrio y se resbaló, algo que hizo que extendiera la pierna más de la cuenta.
Mientras tanto, su compatriota, con el envión que llevaba, tropezó con su tobillo y provocó que la imagen fuera más escalofriante todavía. Apenas cayó al piso, se notó el dolor que le generó este mal movimiento debido a que soltó un grito que estremeció a todos sus compañeros.
Se encendieron las alarmas de inmediato
De inmediato, todos se acercaron al galo para constatar su estado y la cara de preocupación se adueñó de ellos. El primero en llegar fue Antonio Rüdiger, quien acompañó le mostró su consideración apenas vio la gravedad del asunto. Luego se acercó el mismo Tchouaméni, quien intentó acomodarle la pierna para que la mantenga estirada hasta que llegara el cuerpo médico a revisar el estado del mediocampista.
De inmediato, todos hicieron silencio debido a que presumían que lo peor había sucedido, ya que este tipo de movimientos suelen provocar la famosa rotura de ligamento cruzado anterior. Justamente, la misma lesión que tuvieron Thibaut Courtois, Éder Militao y David Alaba la campaña pasada y en esta, Palacios y Joan Martínez de las categorías inferiores.
Esto significaría una baja importante para el Madrid en una zona donde necesita tenerlos sanos a todos. Camavinga es uno de los pocos jugadores que puede tomar la zona donde jugaba Kroos.
Primeros estudios de Camavinga
De inmediato, los médicos del club entraron en escena para intentar definir el alcance de este problema. Después de varios minutos tirado en el terreno de juego, se paró y caminó con cierta dificultad. Sin embargo, lo positivo es que pudo hacerlo por sus propios medios. Quedó claro que no seguiría en el entrenamiento y se dirigió hacia el banquillo para sentarse.
En primera instancia, los especialistas le hicieron una exploración para saber si tenía un problema grave. Lo que descubrieron fue un esguince en la rodilla izquierda. No obstante, descartaron una lesión que requiera mucho tiempo de recuperación, aunque decidieron esperar algunas horas para que baje la inflamación y el dolor y realizar otro estudio, esta vez más a profundidad.
Luego se fue hacia el túnel de vestuario con muestras de molestias, ya que tiró el chaleco de entrenamiento. Aun así, está claro que no formará parte del equipo que dispute la Supercopa de Europa frente a Atalanta.
