La última fecha de la Primera División de Chile tuvo un final de película. No apto para cardíacos. Colo-Colo y Universidad de Chile se intercambiaron el primer puesto, durante ciertos momentos, pero el liderato se mantuvo de blanquinegro al final.
Los Albos aprovecharon el tropiezo de la Universidad de Chile, para compensar su repartición de puntos en la ciudad de Copiapó y así levantar la copa en campo ajeno. Ciertamente, no fue la mejor forma de coronarse para los hinchas blanquinegros, pues dependieron completamente del resultado en el Julio Martínez Prados.
Aun así, la estrella número 34 llegó al escudo del Cacique. El equipo más laureado del fútbol chileno.
Minuto 72
El Cacique llegó al duelo final, fuera de casa contra Copiapó, con una ventaja de dos puntos sobre Universidad de Chile, que jugaba en casa versus Everton. El resultado de ambos encuentro fue 1-1, pero el desenlace fue de infarto.
Primero, la U se fue arriba en su compromiso al minuto 3, y por ende llegó al primer puesto. Mientras, Colo-Colo no pasó del empate en la primera mitad. Los Azules eran los campeones momentáneos.
Luego, el reloj marcó el minuto 72 de partido y todo cambió. Los equipos rivales tomaron el protagonismo. Copiapó se adelantó en el marcador; Everton igualó las acciones en Ñuñoa. Y para fortuna de los Blanquinegros, el viento sopló a favor. Aún con la derrota tenían el primer puesto.
Arturo Vidal selló el empate con un remate dentro del área; no obstante, todavía un gol de Universidad de Chile bastaba para tumbar a los Albos. Y llegó, al minuto 88, con un zurdazo de Leandro Fernández. Pero la fiesta se apagó en el Estadio Nacional por la injerencia del VAR, que anuló el tanto por una falta previa.
Colo-Colo, de la angustia al éxtasis
De esta forma, terminó el encuentro entre Copiapó y Colo-Colo, minutos antes de que finalizase el duelo de Universidad de Chile contra Everton. Los jugadores del Cacique se retiraron al vestuario, cabizbajos y expresando preocupación por el resultado en Santiago de Chile. Y justo al conocerlo, las cámaras dentro del túnel se empañaron por la celebración.
Camisetas al aire, mucho hielo y agua sobre el entrenador Jorge Almirón y claro, el trofeo al aire en las manos de Esteban Pavez, el capitán del plantel. Si bien no fue la mejor actuación del equipo, el 1-1 significó su segundo título en las últimas tres ediciones del campeonato liguero.
También, un ingreso económico importante por parte de la ANFP, que ronda entre los 600 mil dólares.