Sixto Rodríguez, protagonista del documental «Searching for Sugar Man», fue un talentoso cantautor cuyo inesperado éxito en Sudáfrica hizo eco gracias al poder de una grabación pirata.
Este fenómeno convirtió su música en un himno antiapartheid, mientras en EE.UU. permanecía desconocido.
Un destino inesperado en Sudáfrica
En los años 70, una grabación pirata de Sixto Rodríguez aterrizó en Sudáfrica, convirtiéndolo en un ícono musical del movimiento antiapartheid. Sorprendentemente, Rodríguez no tenía idea de su popularidad en el país africano mientras sus discos no lograban éxito en su natal Estados Unidos.
Pese a ser comparado con leyendas como Bob Dylan, su carrera musical en EE.UU. no despegó, quedando en el olvido hasta que el documental «Searching for Sugar Man» del director Malik Bendjelloul revivió su historia.
El documental galardonado con un Oscar en 2013 narra cómo dos fanáticos sudafricanos decidieron investigar la vida de este misterioso músico que, para ellos, representaba un símbolo de esperanza y resistencia. Descubrieron que Rodríguez vivía retirado de la música en Detroit y lo llevaron a Sudáfrica para realizar multitudinarios conciertos en 1998, cumpliendo así una suerte de cuento de hadas musical.
El hombre detrás de la leyenda
Sixto Rodríguez, conocido por su estilo de vida humilde, fue un músico que nunca se dejó intimidar por el fracaso. Sus letras hablaban de las injusticias sociales y de la vida en las calles de Detroit. Sus discos, «Cold Fact» y «Coming from Reality», aunque ignorados en su país de origen, encontraron un fervoroso público en Sudáfrica.
Rodríguez vivió y murió como un hombre sencillo y solidario. Donaba gran parte de sus ganancias a amigos y familiares y se mantuvo fiel a sus principios hasta el final.
El 8 de agosto de 2023, Rodríguez falleció a los 81 años, dejando un legado que va más allá de sus canciones. Nos deja una historia de humildad, perseverancia, y amor por la música, que continúa inspirando a generaciones alrededor del mundo.
Sixto Rodríguez: Un legado eterno
No es el primer documental acerca de la trayectoria musical de un artista, pero el caso de Rodríguez nos recuerda que las circunstancias no determinan el verdadero valor de una obra de arte.
Mientras el reconocimiento internacional llegó tarde, su música y su historia seguirán tocando los corazones de quienes descubran la magia de sus letras. La historia de este singular «sugar man» revive la importancia del arte como motor de cambio y de esperanza.