La inteligencia artificial ha transformado diversas áreas de nuestra vida diaria, pero su impacto medioambiental es una preocupación creciente.
Recientes estudios indican que, modelos como GPT-3 de OpenAI, consumen hasta cuatro veces más agua para enfriarse de lo que se creía inicialmente, generando alarmas sobre el impacto ecológico de la IA.
Un Consumo de Agua Sorprendente
Hasta ahora, se sabía que los sistemas de inteligencia artificial, especialmente los grandes modelos de lenguaje como GPT-3, requerían enormes cantidades de energía para funcionar.
Sin embargo, un aspecto menos conocido es el enorme consumo de agua, que se necesita para enfriar los servidores que soportan estos sistemas.
Según estudios previos, se estimaba que ChatGPT consumía alrededor de 2 litros de agua, para generar respuestas a 50 consultas. Pero nuevas investigaciones revelan que el consumo real podría ser mucho mayor.
GPT-3: Cuatro Veces Más Agua de lo Estimado
Un nuevo estudio, citado en The Times, ha revelado que GPT-3 consume hasta cuatro veces más agua de lo que se pensaba anteriormente.
Este hallazgo plantea serias preocupaciones ambientales, ya que el consumo de agua es un recurso finito, y su uso masivo para enfriar centros de datos podría tener consecuencias desastrosas.
Además, con el lanzamiento de modelos más avanzados como GPT-4 y GPT-4o, que cuentan con capacidades superiores, se espera que el consumo de recursos también aumente considerablemente.
El Desafío de la Refrigeración en la IA
La refrigeración es un aspecto crítico, en el funcionamiento de los servidores que alojan los modelos de IA. A medida que la IA se vuelve más potente, la demanda de electricidad y agua para mantener los servidores, funcionando sin sobrecalentarse sigue creciendo.
Los estudios recientes indican que para generar 100 palabras, GPT-4 podría consumir el equivalente a tres botellas de agua, lo que destaca el enorme impacto medioambiental de estos sistemas.
¿Cómo Afecta Esto a las Grandes Compañías Tecnológicas?
Empresas como Google, Microsoft y Meta ya están tomando medidas para gestionar este desafío, ya Microsoft ha confirmado que el 25,5% del consumo total de agua en sus centros de datos se destina a la refrigeración de modelos de IA, mientras que Meta y Google reportan un 19% cada una.
Implicaciones a Largo Plazo
El creciente consumo de agua por parte de la IA es solo uno de los muchos desafíos medioambientales que plantea el uso de tecnologías avanzadas. Con el aumento en la demanda de energía y agua, la huella ecológica de estos modelos sigue expandiéndose. Además, el impacto se extiende más allá de las empresas tecnológicas, afectando los recursos hídricos locales y contribuyendo a la crisis climática.
GPT-3 usa hasta cuatro veces más agua para enfriarse de lo que se creía: esto es un grave problema medioambiental https://t.co/NJvsekw4aB pic.twitter.com/glJy31JzzM
— Santiago Sanz Lastra (@Santiago_Sanz_L) October 10, 2024